LA VERDADERA HISTORIA DEL SALITRE

COMENTARIO DE DON MAXIMO SOTO LYNCH

"Nosotros, en nuestra familia, conocimos todo sobre la vida en las salitreras, llamada del oro blanco. 
Mi abuelo comenzó en Iquique y luego de hacer algunos trabajos y negocios, 
se dedicó a fondero, la concesión de la hospedería y fue avanzando hacia el sur, y sus últimas fondas fueron Castilla y Eugenia, 
en el Cantón de Aguas Blancas, en plena caída del salitre chileno, 
por la imposibilidad de competir con el precio del sintético de Alemania, por el error de Chile
de aliarse con el bando contrario y no permanecer neutral. Antes de la primera guerra, 
la situación de los trabajadores era a todo trapo y se podía ahorrar y capitalizar, 
pero con la caída las cosas fueron de mal en peor, situación que aprovecharon los activistas comunistas 
de poderarse de las oficinas y convertirlas en el soviet y hubo quienes creyeron el cuento, 
y los activistas recaudaban sacos de dinero para financiar la revuelta. 
Obvio que era un engaño. Mi abuelo les decía a los obreros que no pisaran el palito, 
y se convirtió en el enemigo Número Uno de ellos, 
y lo insultaban y amenazaban cuando pasaban marchando, y mi abuelo les decía para su madre... 
El soviet lo componían Castilla, Eugenia, Avanzada y San Gregorio, donde culminó la matanza. 
La noche previa, un tabajador de él, le alertó, y mi abuelo consiguió un auto y bajó a Antofagasta. 
En la toma los comunistas masacraron al administrador en presencia de la familia. 
El Regimiento Esmeralda mandó una avanzada para poner orden
y cuando el Tte. Buenaventura Argandoña, de conocida familia de Coquimbo, fue a parlamentar con los insurrectos, 
le pegarron un fierrazo en la cabeza y con barretas lo clavaron en el suelo. 
Uno de sus escoltas fue en busca de los militares que rodearon la oficina para que depusieran la toma 
y al negarse, se abrieron paso a balazos, y los comunistas pusieron por delante a mujeres y niños... 
que los cobardes comunistas usaron como escudos... 
Y así concluyó la famosa matanza de San Gregorio, 
mientras los activistas contaban el dinero de todos los trabajadores salitreros, 
entre ellos Recabarren, Laferte, Salvador Ocampo y otros que fundaron el Partido Comunista chileno... vasallo de moscú. 
Mi abuelo quedó violentamente sin trabajo, debió vender algunas propiedades para sobrevivir. 
Es muy importante relatar los hechos históricos con la verdad 
y no como esos pseudos historiadores mentirosos que distorsionan la historia, 
como Andrés Sabella, que no dió el trabajo de visitar la pampa y escribió "Caliche Sangriento", 
poniendo vaguedades tendenciosas, muy buen escritor pero poco veraz.
Francisco (su hermano) me recomendó un libro donde sale todo como era:"Y la Noche Quedó Atrás", y su autor Ian Valtín."
Dios le bendiga. 

MAXIMO SOTO LYNCH (Coquimbo, febrero 2015)